miércoles, 14 de octubre de 2020

Máximo Dirigente Kim Jong Un pronuncia discurso en desfile militar por 10 de Octubre

 


Por. Dr. Claudio Emilio Pompilio Quevedo / SUROESTEonline_La Vie Charmant


Info: Han Chang Ryong, tercer secretario de la Embajada de la República Popular Democrática de Corea en Venezuela.
Photos. Courtesy embajada.


El Máximo Dirigente del partido, el Estado y las fuerzas armadas, Kim Jong Un, pronunció un discurso en el desfile militar en saludo al aniversario 75 de la fundación del Partido del Trabajo de Corea. 




Su texto íntegro sigue: 

Distintos sectores del pueblo y oficiales y soldados del Ejército Popular que acogen con alegría esta fiesta de octubre, 

Oficiales y soldados del Ejército de Seguridad Pública y miembros de la Guardia Roja Obrero-Campesina y de la Guardia Roja Juvenil, 

Delegados a los actos festivos del 75 aniversario de la fundación del Partido y ciudadanos de Pyongyang, 

Oficiales y otros combatientes de las unidades que han participado en la parada con motivo de la gloriosa fiesta de octubre, 

Queridos compañeros: 

Ha llegado el día de aniversario de la fundación de nuestro glorioso Partido. 

Acogemos una noche grandiosa y gloriosa. 

No sé si me explico, pero en este aniversario del Partido que acogemos en un año que ha sido arduo como ningún otro, el mero hecho de que haya llegado al final esta noche gloriosa me colma de emociones. 

En ocasión del 75 aniversario de la fundación de nuestro gran Partido, en nombre de su Comité Central, felicito sincera y cordialmente a todos los que han llenado de gloria y orgullo esta fiesta de octubre. 

Mis más fervorosas congratulaciones y agradecimientos a todo nuestro pueblo. 

Compañeros: 

En esta noche del gran festejo las calles capitalinas y esta plaza gloriosa se agitan con gran júbilo, alegría y orgullo. Y no debemos olvidar que por este momento glorioso velan con sus invisibles esfuerzos y dedicaciones numerosos miembros del Partido, obreros y oficiales y soldados de nuestro ejército revolucionario. 

¡Cuántos son aquellos que en este año se han afanado, sobrellevando las más inclementes condiciones, para el devenir de este instante glorioso y para defenderlo! 

¡Cuántos desafíos hemos tenido que afrontar para llegar hasta aquí! 

Mención aparte merece la consagración patriótica y heroica demostrada por nuestros militares en los frentes de la prevención de la epidemia y del resarcimiento de las calamidades naturales que este año nos sorprendieron de improviso. Es capaz de arrancarle a cualquiera las lágrimas de gratitud. 

Es cierto que la defensa de la patria, del pueblo y de la revolución es la misión inherente a ellos, pero ha sido demasiado grande su sufrimiento. Es demasiado mucho lo que tienen a su cargo y lo que padecen. Esto nos aflige mucho y nos duele que todos ellos no estén con nosotros en esta noche gloriosa. 

En estos instantes un sinfín de ellos, ausentes en esta gloriosa plaza Kim Il Sung, batallan valerosamente en dichos dos frentes velando por la seguridad del Estado y el bienestar del pueblo. 

De esta forma, cumplen intachablemente los deberes que asumen como principales defensores del Estado tanto del chantaje militar de las fuerzas hostiles como de la imprevista amenaza de la pandemia y la naturaleza. 

Rindo mi más profundo homenaje a su ardorosa lealtad al Estado y el pueblo y se los agradezco de todo corazón. 

Mi estímulo militante y saludos de agradecimiento a los patriotas que si bien cumplieron sus tareas de la mitigación de los daños del siniestro y de la construcción, se dirigieron voluntariamente a otra región damnificada, en lugar de regresar a sus amadas familias en Pyongyang, a nuestros compañeros más activos que tienen todo el derecho de estar presentes aquí, a mis más confiables combatientes de las divisiones de militantes del Partido capitalinos. 

Extiendo mi agradecimiento y saludos combativos a todos los trabajadores del país. 

Hago votos por la felicidad y alegría en todas las familias del país, en particular en aquellas que se han recuperado del desastre natural y se han anidado en nuevas aldeas y hogares. 

Deseo que siempre se hagan realidad los hermosos sueños de nuestros niños. 

Aprovecho esta oportunidad para hacer llegar mi más sentida condolencia a las personas de todas latitudes del mundo que en este momento siguen combatiendo el mal del virus malévolo y con la mano en el corazón anhelo que por favor conserven la salud, la dicha y la risa. 

Mis más afectuosos sentimientos a los queridos compatriotas del Sur, en espera de que cuanto antes se supere esta crisis sanitaria y llegue el día en que el Norte y el Sur se den las manos. 

Compañeros: 

Hoy todos nos hemos reunido en esta magna cita de octubre con valiosos éxitos y frutos del trabajo que recogimos en un esfuerzo común. 

No fue nada fácil llegar a este lugar. 

Fue una sucesión de bregares penosos que implicaban vencer múltiples dificultades. 

Fueron igualmente arduos y difíciles los 75 años del Partido, pero lo ha sido particularmente este año en que desde sus inicios nos han salido a diario y a cada paso desafíos y obstáculos imprevisibles y descomunales. 

No obstante, todo lo hemos vencido con valor y ahora estamos en este lugar significativo con la frente bien alta. 

Esta misma escena que merece la admiración del mundo da fe de que ya tenemos controlado todo ese siniestro que nos martirizaba y obstruía el avance y que hemos alcanzado satisfactoriamente todas las metas de la justa lucha que nos propusimos. 

Queridos compañeros: 

Estamos celebrando por todo lo alto el septuagésimo y quinto cumpleaños de nuestro Partido. 

En ningún otro país del mundo el cumpleaños de un partido se celebra como una fiesta alegre de todo el pueblo y como todo un acontecimiento. 

De pie en la tribuna en esta noche emocionante y jubilosa en que convergen aquí los ardientes sentimientos de todo el pueblo, no encuentro la manera de comenzar este discurso dedicado a él. 

Medité mucho en cómo lo iniciaría evocando los 75 años de larga y gloriosa trayectoria de nuestro Partido, pero lo único que puedo decirle a nuestro pueblo es gracias. Es lo que siento de veras en lo más profundo del alma. 

Antes que nada, muchas gracias por gozar todos de buena salud. 

Es precisamente esto lo que he querido decirles. 

Mil gracias por estar todos sanos, sin un solo contagiado del coronavirus. 

Hemos defendido a todos nuestros coterráneos de la malvada epidemia que arrasa peligrosamente a todo el mundo, este ha sido un deber de nuestro Partido y un éxito que él debe lograr. Se me nubla la vista por la alegría de haberlos protegido y, viendo saludables a ustedes, no puedo decirles más que gracias. 

El gran triunfo de hoy que indudablemente dejará asombrado a todo el mundo ha sido alcanzado por nuestro propio pueblo. 

Para nuestro Partido la vida de cada uno de la población es lo más valioso. El Partido, el Estado y todas las cosas de este territorio existen solamente si todo el pueblo está sano y salvo. 

Lamentablemente, en el mundo son demasiado muchos los elementos inestables que amenazan y perjudican la existencia de nuestro inestimable pueblo. 

Confieso que me atormentó e intimidó que ya a principios del año deviniera la crisis sanitaria global y empeorara la situación en la región a la que pertenece nuestro país. 

A pesar de todo, nuestro pueblo se ha puesto de pie con su gran tenacidad, ha respaldado y ejecutado incondicionalmente todas las medidas del Partido y el Estado, ha defendido con firmeza su destino y, además, ha vencido todas las dificultades y pruebas rebosante de energía. 

Si no fuera por los bellos gestos de todos los ciudadanos que se preocupan, se cuidan y se protegen mutuamente y si no fuera por el socialismo donde ellos se cooperan con elevado sentimiento patriótico y conciencia, jamás habríamos podido detener la terrible pandemia. 

Como protagonistas voluntarios de la prevención epidémica, todos se han movilizado como un solo hombre en la defensa del Estado, de sí mismos y de los niños. Gracias a ello, el sector profiláctico del país, con toda su deficiencia y atraso, ha podido activarse y mantener una situación estable, algo inimaginable para muchos otros. 

Todos disfrutamos de buena salud y nadie está contagiado del coronavirus en esta gran familia armoniosa, aunque aún no nadamos en abundancia. No se imaginarán lo mucho que les agradezco y que me alientan. 

Ningún otro pueblo es tan benevolente como el nuestro que entiende perfectamente la difícil situación del país y asume sus quehaceres como si fueran sus propios. 

Igualmente nuestro país es el único del mundo que afronta retos y dificultades tan grandes como tener que prevenir la epidemia y paliar las funestas consecuencias de los desastres naturales mientras todo escasea debido a las crueles y prolongadas sanciones. 

Todas estas pruebas imponen indudablemente cargas pesadas y padecimientos a cada uno de nuestros hogares y ciudadanos. 

No obstante, los nuestros son precisamente patriotas benévolos que colocan los quehaceres estatales por encima de los quehaceres domésticos, que atraviesan con el Estado por todas las dificultades y que lo sostienen firmemente con su honrado trabajo. 

Por eso nuestro Partido supera todas ellas confiando y apoyándose en el pueblo que se alza resueltamente siempre que el Partido le expone su difícil situación. 

El pueblo agradece a toda hora al Partido, pero en realidad es él quien debe recibir los saludos de agradecimiento. 

Es él quien en los últimos 75 años ha seguido con lealtad al Partido y ha defendido su sagrada causa revolucionaria derramando copiosa sangre y sudor sin vacilación alguna. 

Nuestro Partido ha cosechado victorias y glorias en su proceso revolucionario que es el más arduo y difícil, y esto es precisamente gracias a nuestro pueblo que lo ha confiado y seguido y ha defendido su causa con sinceridad. 

Ni por un instante podemos concebir los gloriosos 75 años del Partido sin nuestro gran pueblo, creador omnipotente de la historia, que siendo siempre maestro sabio le ha dado inteligencia, talento, ánimo y fuerza inagotable, lo ha defendido resueltamente, lo ha seguido con lealtad y ha realizado sus propósitos y lineamientos. 

Por tener siempre cerca a un gran pueblo que al llamamiento del Partido de un gran auge respondió con el ímpetu de Chollima (corcel legendario que corre al día mil ríes equivalentes a 400 km-N.T.), que a su proyecto de una gran construcción contestó con la Batalla de velocidad y que cumple su decisión incondicionalmente y contra el viento y la marea, el Partido ha podido mantenerse firme y obrar milagros en cualquier situación difícil. 

Viendo a este pueblo que con su lealtad ilimitada, espíritu indoblegable y esfuerzos titánicos ha superado todos los avatares y ha coronado de victoria la gran fiesta de octubre, siento correr por todo el cuerpo una fuerza colosal que se nutre de su plena disposición de seguir y apoyar al Partido, como lo hizo durante 75 años, en los próximos 750 y 7 500 años. 

Compañeros: 

No tengo cara para mirar de frente a mi pueblo que me ha depositado una confianza tan grande como el cielo y el mar, a la que he sido incapaz de corresponder como es debido en cada una de sus muestras. 

Asumo el importante cargo de dirigir el país por la confianza de todo el pueblo y siguiendo el legado del gran Líder y el gran Dirigente, pero el pueblo tiene aún dificultades en la vida por culpa de mi insuficiente empeño y consagración. 

Sin embargo, el pueblo siempre confía en mí, deposita en mí una fe absoluta, apoya y sigue mis opciones y decisiones, sean lo que fueren. 

Aun cuando nuestro pueblo deba tomar una decisión que le implique un mayor sufrimiento, su confianza en mí y el Partido sigue siendo incondicional e inalterable. 

Para mí esa plena y sincera confianza y estímulo constituyen un tesoro que no voy a cambiar por ningún honor ni puedo comparar con ninguna otra riqueza del mundo, y una fuerza inagotable que me quita todo el temor y me infunde la convicción de que nada es irrealizable. 

Gracias a esta grandiosa confianza a la que nadie puede aspirar, he arrostrado sin titubeos los incontables retos con el deber y la voluntad de servir al pueblo con total entrega, he encarado batallas enconadas que hasta pueden desencadenar una guerra y he afrontado resueltamente un desastre natural que no tiene par en la historia. 

Es para mí un gran honor servir, enaltecer y luchar por un pueblo tan excelente. 

Reafirmo solemnemente mi determinación de no vacilar en dar mi vida para corresponder a la gran confianza depositada en mí por el pueblo aunque se haga trizas el cuerpo y de seguirle fiel hasta el fin del mundo. 

Estimado pueblo de todo el país: 

Un millón de gracias. 

Les saludo sincera y respetuosamente, con reverencia, en nombre mío, en el del gran Líder y del gran Dirigente. 

Compañeros: 

Para mi y para nuestro Partido, es la primera misión y voluntad inquebrantable defender firmemente y enaltecer a nuestro pueblo y procurarle una vida abundante y envidiable. 

Nuestro Partido ya posee un gran poderío militar capaz de defender con seguridad el socialismo, que representa la dignidad y vida de nuestro pueblo, y asegurarle una prosperidad duradera en una tierra eternamente pacífica. 

Las imponentes formaciones militares que se han desfilado hoy darán a conocer cómo el Partido ha fortalecido a su ejército revolucionario y cuán grande es su poderío. 

Su comparación con las del desfile militar efectuado aquí hace apenas cinco años con motivo del aniversario 70 de la fundación del Partido, le permite a cualquiera evaluar fácilmente que nuestras fuerzas militares se han modernizado considerablemente y se han desarrollado a gran velocidad. 

Contamos con un fiel y gran ejército de científicos, técnicos y obreros de la industria de defensa nacional que se han armado firmemente con la ideología revolucionaria del Partido y que responden plenamente los intereses de la revolución. 

Nuestras fuerzas militares tienen un desarrollo y metamorfosis que nadie se atreve a desdeñar y comparar. Poseemos un poder disuasivo capaz de controlar y manejar suficientemente cualquier tipo de amenaza militar patente y latente. 

Su ritmo de desarrollo, calidad y cantidad cambian a nuestro estilo, según nuestras exigencias y horario. 

Al definir como poderío de defensa nacional más cierto y grande la capacidad militar de frenar con el golpe anticipado la fuerza que viole o atente contra la soberanía y el derecho a la existencia de nuestro Estado y pueblo, nuestro Partido ha hecho todos los esfuerzos para poseer una fuerza capaz de ponerla en práctica y en este momento continúa renovando constantemente las metas al respecto. 

Seguiremos fortaleciendo la disuasiva de guerra como medio de autodefensa legítima para impedir y controlar los chantajes nucleares y todos los demás intentos peligrosos y los actos amenazadores que se incrementan de continuo por las fuerzas hostiles. 

Nuestra disuasiva de guerra, que debe contribuir a defender la soberanía y el derecho a la existencia del Estado y a preservar la paz en la región, jamás se utilizará arbitrariamente para otros fines ni como medio de ataque anticipado. Pero, por si acaso alguna fuerza atenta contra la seguridad de nuestro Estado o recurre a los medios militares contra nosotros, yo lo castigaré movilizando con antelación nuestros más poderosos medios de ataque. 

Bajo ningún concepto permitiría que nuestras fuerzas militares tengan en la mirilla a nadie. 

Aclaro que nuestro disuasivo de guerra no apunta a nadie, pues sirve para la defensa propia. 

Al débil no le queda más remedio que apretarse los puños y enjugarse las lágrimas y la sangre. 

Valiéndose a sus poderosas fuerzas militares, nuestro Partido asegurará la soberanía nacional y la integridad territorial y salvaguardará para siempre el bienestar, la paz y el futuro del Estado y el pueblo. 

Compañeros: 

Por contar con las fuerzas armadas revolucionarias, pertrechadas con la idea revolucionaria del Partido del Trabajo de Corea, infinitamente fieles a la patria y el pueblo y equipadas con potentes artefactos sofisticados que son productos de los esfuerzos y el espíritu de nuestro pueblo, ningún agresor osa menospreciar nuestro sagrado Estado ni detener nuestro avance. 

Solo nos falta lograr que el pueblo disfrute a plenitud de una vida acomodada y culta, sin pasar más aprietos. 

Nuestro Partido aplicará invariablemente y aumentará incesantemente las políticas y medidas ventajosas para fomentar el bienestar del pueblo y procurarle mayores beneficios y anticipará más el devenir la construcción de una sociedad poderosa y próspera, que es un sueño del pueblo. 

Hasta el presente hemos compartido la misma suerte con el pueblo en medio de duras pruebas y experimentado su fuerza unida. Y en este proceso hemos llegado a conocer bien lo que debemos hacer en adelante. 

El VIII Congreso del Partido del Trabajo de Corea presentará medidas y metas concretas para su cumplimiento, y el empeño de nuestro Partido por la felicidad del pueblo pasará a una nueva fase. 

Cuanto más emergemos, tanto más frenéticos se pondrán las fuerzas reaccionarias de toda índole e incluso pueden producirse contratiempos. Pero, son a todas luces incomparables con las dificultades que hemos afrontado hasta hoy. Somos lo bastante fuertes y confiamos en nuestra capacidad de superarlas. 

La unidad monolítica del Partido y las masas populares, consolidada a lo largo de la lucha, y el personal talentoso y los valiosos haberes para la autosustentación, formados y creados por nuestro régimen socialista, serán indiscutiblemente una fuerza potente que impulsa y acelera nuestro avance. 

Nuestro Partido y pueblo han realizado muchas cosas que otros ni se atreven, superando disímiles pruebas y dificultades que otros no han pasado. Ahora emprenderán una nueva marcha para un mayor desarrollo y prosperidad con renovado ánimo y fe, con extraordinario entusiasmo y disposición. 

Seré muy exigente y trataré de que todas las organizaciones del Partido y los órganos del gobierno, el Poder y las fuerzas armadas hagan tesoneros esfuerzos y trabajen con toda devoción para el pueblo, para entregarle un futuro mejor. 

Es grandioso el ideal de nuestro pueblo y en un futuro lo hará realidad infaliblemente. Me incumbe volcarme de lleno a esta tarea, orientando a cada uno de sus integrantes a que registre progreso, desarrollo y los cambios sustanciales en su afán de conquistar metas más altas de la construcción socialista. 

Compañeros: 

Somos fuertes y nos fortalecemos más en las pruebas. 

La hora está a nuestro favor. 

Marchemos todos vigorosamente para un luminoso porvenir y un nuevo triunfo del socialismo. 

Para terminar, reitero mis agradecimientos a todo el pueblo por gozar de buena salud. 

Y les agradezco de corazón su inalterable confianza en nuestro Partido. 

¡Viva nuestro gran pueblo!



 

Desfile militar por el aniversario 75 de fundación del PTC


Por. Dr. Claudio Emilio Pompilio Quevedo / SUROESTEonline_La Vie Charmant

Info: Han Chang Ryong, tercer secretario de la Embajada de la República Popular Democrática de Corea en Venezuela.
Photos. Courtesy embajada.


Tuvo lugar con solemnidad a la hora 0 del día 10 en la capitalina Plaza Kim Il Sung el desfile militar por el 75º aniversario de la fundación del Partido del Trabajo de Corea. 


Ocuparon el estrado de orquesta el conjunto instrumental del Comité de Estado y la banda militar del Ejército Popular de Corea, encargados de interpretar las músicas de parada. 
En la plaza, que formaba un mundo fascinante de luces, entraron a pasos firmes las columnas de desfile haciendo gala de las fuerzas armadas regulares de la RPDC.


En las calles contiguas estaban enfiladas las columnas motorizadas mientras esperaban la orden de despegue los aviones. 


La banda militar general apareció en la plaza y ofreció una ceremonia musical figurando con su formación la insignia del partido y las letras como "10 de octubre", "1945", "2020" y la "invencibilidad". 


Cuando llegó a la plaza el Máximo Dirigente Kim Jong Un, Presidente del Partido del Trabajo de Corea y del Comité de Estado de la RPDC y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de la RPDC, se realizó la solemne ceremonia de recepción de la guardia de honor del EPC. 


Él recibió el parte de recepción del comandante de la guardia de honor y pasó revista a ella. 


Los generales de las fuerzas terrestres, navales y aéreas del EPC acogieron al Comandante en Jefe. 


Mientras se interpretaba la música de bienvenida, el invencible General Insigne salió a la tribuna de la plaza. 


Él respondió cordialmente con la mano alzada a los participantes en el desfile militar y a los espectadores que le aclamaban. 


Los miembros de la Organización de Niños de Corea entregaron ramos de flores al Máximo Dirigente y a los cuadros del partido, el gobierno y el círculo militar. 


Tomaron asientos en la tribuna Choe Ryong Hae, miembro del Presidium del Buró Político del CC del PTC, primer vicepresidente del Comité de Estado y presidente del Presidium de la Asamblea Popular Suprema de la RPDC; Ri Pyong Chol, miembro del Presidium del BP del CC del PTC y vicepresidente de la Comisión Militar Central y del CC del PTC; Kim Tok Hun, miembro del Presidium del BP del CC del PTC y primer ministro de la RPDC y Pak Pong Ju, miembro del Presidium del BP del CC del PTC y vicepresidente del CE de la RPDC y del CC del PTC. 


También aparecieron en la tribuna Kim Jae Ryong, Ri Il Hwan, Choe Hwi, Pak Thae Dok, Kim Yong Chol, Choe Pu Il, Thae Hyong Chol, O Su Yong, Kim Hyong Jun, Ho Chol Man, Jo Yong Won, Kim Yo Jong, Pak Myong Sun, Jong Kyong Thaek, Kim Il Chol, Im Chol Ung, Ri Ryong Nam, Kim Yong Hwan, Pak Jong Nam y otros miembros del órgano de dirección central del partido, y los miembros de mando del círculo militar como Pak Jong Chon, Kim Su Gil y Kim Jong Gwan.


Se distinguían en los asientos para invitados Kim Yong Nam, Choe Yong Rim, Yang Hyong Sop, Kim Ki Nam, Choe Thae Bok y otros cuadros veteranos quienes trabajaron largo tiempo en el partido, el gobierno y el ejército. 


También se veían ahí los delegados a los actos festivos de la efeméride partidista. 

Se tiraron 21 salvas en saludo al 75º aniversario de fundación del PTC mientras se interpretaba la canción "Patria radiante". 


Pronunció un discurso Kim Jong Un, Máximo Dirigente del partido, el Estado y las fuerzas armadas. 


Él dirigió sincero agradecimiento y cordiales felicitaciones a los habitantes de todo el país y los oficiales y soldados del Ejército Popular quienes coronaron esta fiesta de octubre con gran gloria y orgullo de haber alcanzado valiosos éxitos y victorias superando con la fuerza unida las vicisitudes inauditas. 


Al exponer la decisión de defender con la poderosa capacidad militar la eterna tranquilidad y el porvenir de nuestro Estado y pueblo e iniciar la marcha hacia el nuevo desarrollo y prosperidad con más coraje y fe y el entusiasmo y determinación extraordinarios, exhortó encarecidamente a avanzar con pasos firmes hacia el futuro maravilloso del socialismo y la nueva victoria. 


Muy emocionados por el discurso del Máximo Dirigente caracterizado por el cálido amor y confianza en el pueblo, todos los participantes le vitorearon efusivamente. 


Acto seguido, tuvo lugar la ceremonia de izada de la bandera nacional. 


El mariscal del EPC Pak Jong Chon, jefe del Estado Mayor General, informó al mariscal del EPC Ri Pyong Chol, vicepresidente de la Comisión Militar Central del Partido, que las unidades participantes en la parada están enfiladas para ser revistadas. 


Luego de pasar revista a las unidades de desfile, Ri Pyong Chol informó con cortesía al Presidente del PTC que está listo el desfile militar en homenaje al 75º aniversario de la fundación del PTC. 


Las columnas de las fuerzas armadas de la RPDC comenzaron a marchar según la voz de mando del mariscal Pak Jong Chon, jefe del Estado Mayor General. 


El escuadrón de honor al mando del general de brigada Kwak Jae Yong pasó a trotes vigorosos demostrando que nuestras fuerzas armadas revolucionarias son herederas de la tradición orgullosa del Ejército Revolucionario Popular de Corea que libró la lucha armada antijaponesa en la extensa tierra del Paektu. 


Entraron en la plaza los bloques conducidos por los coroneles generales Han Sun Chol, Kim Chol Gyu, Kwak Chang Sik y el teniente general Kim Yong Ho haciendo alarde de su honor de defensores no.1 del CC del Partido. 


Les siguieron los colectivos de los cuerpos no.1, 2, 4 y 5 que tenían al frente a los coroneles generales Pak Su Il, Choe Tu Yong, Pak Kwang Ju y Ri Thae Sop, respectivamente. 


Se desfilaron a continuación las columnas de francotiradores e infantes ligeros preparados como comandos capaces de cumplir perfectamente las misiones de combate en cualquier espacio operacional como la tierra, el mar y el aire. 


Estremecieron la tierra los pasos de las filas de los cuerpos que defienden el frente avanzado de la patria y de la revolución. 


El Máximo Dirigente envió el saludo combativo a las columnas de desfile. 


Marcharon al compás de la canción militar revolucionaria la columna de la División Guardia de Tanques 105 "Seúl" Ryu Kyong Su, la de división de tanques blindados, la de división de infantería motorizada, las de cada especialidad militar y la de unidad armada móvil de seguridad pública. 


Aparecieron en la plaza los bloques de la Academia Militar y Política Kim Jong Il, la Academia Militar General Kim Il Sung, la Academia Militar Política Kim Il Sung y la Academia de Defensa Nacional Kim Jong Un, seguidas de los grupos de las academias militares de todos los niveles del Ejército Popular de Corea y de las Fuerzas de Seguridad Pública. 


Marcharon con gran orgullo y júbilo las columnas del Ejército Rojo Obrero-Campesino y la Guardia Roja Juvenil que se encargan de un flanco de las fuerzas armadas revolucionarias. 


El Máximo Dirigente volvió a saludar cordialmente a los que desfilaban ostentando su temperamento invencible. 


Luego, comenzó el vuelo de desfile que ha demostrado el poderío invencible de nuestra aviación del tipo Juche. 


En pos de la escuadra de escolta, sobrevolaron la plaza los aviones que dibujaban con su formación la insignia del partido y el número "75" lanzando los fuegos artificiales. 


Mientras se interpretaba la música orquestal, se inició la marcha de las columnas motorizadas encabezadas por los carros blindados que hacían gala del poder de las fuerzas armadas de flor y nata. 


Avanzó con estruendos la columna de tanques principales, que simbolizan la capacidad combativa del EPC, bajo el mando del teniente general Kim Ju Sam. 


La siguieron los armamentos de artillería. 


Ostentando la potencialidad militar de la RPDC, pasaron las armas sofisticadas fabricadas a cambio de la fidelidad y lucha heroica de los científicos, técnicos y obreros de la rama de defensa nacional. 


Se presentó el convoy de cohetes, símbolo del disuasivo nuclear de autodefensa del PTC que asegura el futuro prometedor de la patria y la nación. 


Apreció la columna de la compañía no.1 "Bandera Roja" del cohete balístico intercontinental, conducida por el coronel general Jang Chang Ha, con el orgullo de haber exaltado la dignidad y el poderío de la RPDC el 29 de noviembre de 2017 desatando pánico en los enemigos. 


El coronel general Kim Jong Sik guió las fuerzas estratégicas nucleares que garantizan el prestigio y la seguridad de nuestro Estado y pueblo. 


Terminado el desfile militar, se lanzaron los fuegos artificiales.


El Presidente del PTC respondió cordialmente a las aclamaciones de la multitud.